Pilar Socorro: «Estoy cogiendo un descanso para replantearme mi vida»

Esta entrevista se realizó en marzo de 2007

Pilar Socorro es una de las comunicadoras más innovadoras de nuestro país. Su apuesta por mezclar radio e Internet le ha hecho ser merecedora de varios premios y miembro de la Academia de las Artes y las Ciencias Radiofónicas de España.

Tras el éxito de su programa «Cita con Pilar» (RNE), la presentadora canaria, también conocida como «la pionera», ha desaparecido de los medios de comunicación. Ya no tiene programa propio y lleva meses sin actualizar su página web.

Decidimos hablar con ella para que nos contara el motivo de esta situación, hacer un recorrido por su trayectoria profesional y conocer sus planes de futuro.

 La tinerfeña se muestra relajada y colaboradora desde el primer momento: «Tú pregunta lo que quieras, que el invitado contesta lo que le dé la gana». (Bromea).

     

 Comencemos hablando de sus inicios… Usted pertenece a la Academia de las Artes y las Ciencias Radiofónicas de España, así como a la de las Ciencias y las Artes de la Televisión. Tiene 2 micrófonos de Plata… y, sin embargo, llegó al mundo de la comunicación por casualidad.

Por casualidad totalmente. Mi plan de estudios era el BUP y luego hacíamos el Curso de Orientación Universitaria, que era una ironía, porque cuando terminabas no sabías qué hacer. Eché la preinscripción para Medicina y, como tenía buenas notas, entré.

 

 Pero no era su vocación…

A mí me gustaba la Medicina, pero la verdad es que me caía en los quirófanos con la sangre. Me matriculé en esa carrera porque todos mis amigos querían estudiarla. Pero al mismo  tiempo, cantaba en un coro de ópera en Las Palmas y también hacía desfiles de modelo y, de ahí me llamaron para un casting de azafata de televisión, para un concurso infantil que presentaba Paco Montesdeoca. Ese fue mi primer contacto con los medios de comunicación y me encantó.

 

Y de la televisión a la radio. ¿Cómo fueron sus comienzos en Radio Club Tenerife?

Empecé en los 40 principales, en Gran Canaria. Pero, el segundo ciclo de la carrera lo tuve que hacer en Tenerife, así que me ofrecieron trabajar en  Radio Club. Me enganchó muchísimo porque hacía unidad móvil, presentaba programas… Y decidí abandonar la carrera porque me había enamorado del periodismo. Así que me presenté a unas oposiciones que convocaba RNE.

 

 ¿Terminó la carrera posteriormente?

No, lo dejé por completo. Coincidió también que en ese año murió uno de mis tres hermanos, eso te plantea mucho tu punto de vista sobre las cosas importantes. Su muerte me hizo polvo. Fue entonces cuando me di cuenta de que la vida hay que vivirla. Me pregunté qué era lo que realmente quería hacer. Sabía que nunca iba a ejercer de médico, y que incluso podía quitarle el puesto a alguien en el MIR, y no merecía la pena.

 

 En 1990 pasa a RNE en Canarias y consigue que su programa «Mojo picón» fuera líder de audiencia. ¿Cómo recuerda esa etapa?

Fue la caña de España. Para mí era como estar en una nube. Se trataba de un magazine de mañana en el que la gente podía participar, en el que nos ocupábamos mucho de lo más cercano y en el que la estrella era el oyente. La verdad es que me lo pasé bomba. Fue tan divertido…, bueno, siempre lo ha sido, si no, no seguiría en esto. Cuando deja de ser divertido pues no quiero jugar ¿no?

 

 Dos años después, en el 92, le proponen trasladarse a Madrid y no para hacer un magazine cualquiera, sino uno que duraba 7 horas. ¿Cómo afronta esta oferta?

En esa época decía que era como Kim Basinger en la película «Ella siempre dice sí». Yo estaba montando mi casa, me acababa de casar y mi marido se vino conmigo. Digamos que me costó irme de Canarias y no me costó porque me daba miedo, pero al mismo tiempo quería aprovechar la oportunidad.

 

 ¿Cuando llegó a Madrid se encontró un panorama distinto a lo que esperaba?

La primera vez que entré en Prado del Rey  flipaba de lo enorme que era. Impresionaba bastante. Después te sientes muy pequeñita al ver a toda esa gente super famosa. Iba por los pasillos y me encontraba con Paco Lobatón o con Pedro Piqueras en la máquina del café…

 

Desde que llegara a la capital ha hecho varios programas y colaboraciones pero, quizá, lo más destacado de su carrera, y por lo que ha sido premiada, es por su aportación a la difusión de Internet. ¿Qué es esta herramienta en su vida?

Internet, en mi vida, marca un antes y un después porque yo empiezo con Internet en la baja maternal. Dediqué esos meses sabáticos a aprender intensamente sobre ese tema.  Para mí es mi hemeroteca y mi servicio de documentación habitual. 

 

Mezclar radio e Internet fue una idea que gustó, porque luego le ofrecieron hacer ‘Cita con Pilar’.

Se me ocurrió la idea de conectar los ordenadores del estudio a la red y Diego Armario, que era el director, me apoyó. Él me ofreció el programa pues, en ese momento, yo era la única persona que se había atrevido a hablar de Internet de una manera muy normal. Hasta esa época, los que hablaban de Internet o se la daban de enterados o eran unos friquis.

 

Su programa, «Cita con Pilar», fue muy novedoso, no tanto por sus contenidos como por las posibilidades de participación de los oyentes quienes, mediante pilarsocorro.com podían mandar historias, preguntar a los invitados en el chat o por mail e, incluso, podían ver la radio por dentro, porque colocaba una web cam en el locutorio…

Sí. Emitíamos el programa a través de la radio y a través de Internet. Por la radio se escuchaba la entrevista limpia, pero en Internet estaba el aliciente de que yo iba comentando en el Chat lo que iba a pasar. Eso es algo que sólo siendo RNE se podía haber hecho en ese momento y que, por ser RNE, luego no se potenció más. Ahora todos tienen Chat y tienen webcam, pero nosotros fuimos los primeros.

 

El hecho de estar tan atareada chateando, dirigiendo el programa, navegando por la red… ¿Podía ocasionar que se perdiera profundidad en las entrevistas?

Eso decían algunos, pero no. Ten en cuenta que el programa lo dirigía yo e invitaba a quien quería; es decir, normalmente invito a una persona que me gusta y, si me gusta, me apasiona lo que hace y me aprendo toda su trayectoria. Las preguntas las hacían los oyentes y yo lo que hacía era apostillar o, incluso, aportar algunos datos. En alguna página de Internet dicen que les parecía que había poca profundidad, pero no, porque a mí no se me escapaba nada de lo que decía o estaba comentando el invitado.

 

¿No era agobiante tener que estar pendiente de tantas cosas?

No, es fantástico (ríe). Yo digo, en broma, que soy hiperactiva productiva. Es ideal.

 

Supongo que la relación que se crea con los oyentes es muy distinta…

Sí, de hecho tengo excelentes amistades y entre ellos también. Nos hemos conocido y la amistad sigue hoy en día. Es muy bonito.

 

¿Tuvo algún invitado reacio a esta «radio interactiva»?

Al contrario. Los invitados se quedaban flipados y había gente que me preguntaba que cuándo la iba a invitar al programa. Agradezco mucho a Diego Armario el hecho de confiar en mí con lo de Internet porque ninguna emisora privada se hubiera arriesgado. Estaba convencida de que esa fórmula era la que se iba a llevar a cabo Lo que pasa es que no todo el mundo es capaz de hablar y chatear a la vez. Y el gancho está ahí, en que sea el propio conductor del programa el que chatee directamente.

  

Pilar gesticula continuamente y juega con su anillo. Su mirada es viva, parece estar atenta a todo. Se le ve cómoda, rebosante de energía y optimismo.

 

 «Cita con Pilar» fue un programa exitoso (7 temporadas) por el que le dieron el Micrófono de Plata de la APEI. Sin embargo, empezó a sufrir cambios de horario, también de emisora (de Radio 1 pasó a Radio 5)… ¿Cuál fue el motivo de tanto cambio?

Es que yo me tuve que ir a Canarias para hacer un programa de televisión, «Mi Tierra», con lo cual ‘Cita con Pilar’ pasó a ser de fines de semana. Luego pasamos a Radio 3 y yo ya estaba quemada de trabajar por las noches, y de noche de fines de semana más. Entonces, pasé a hacerlo por las mañanas.

 

¿Esto pudo provocar pérdida de oyentes?

Trasvase y pérdida, claro, mucha pérdida. Hay muchos oyentes del programa que me escriben preguntando que dónde me encuentro o que dónde me pueden escuchar.

 

Antes hablaba de «Mi Tierra». Justo en 2003 empezó a presentar el programa en Televisión Canaria pero, a los pocos días lo tuvo que dejar. ¿Qué fue lo que ocurrió?

Estuvimos preparando el programa 2 semanas. Durante los 10 días que emitieron conmigo alcanzamos el tope de audiencia que nos pedían a final de temporada. En el sentido de las audiencias he tenido muchísima suerte y, en este caso, contaba con un equipo magnífico. Estrenamos el plató del Atlántico…, era superbonito. Pero al final esa experiencia fue mala. Lo pasé mal.

 

Se hablaba de una incompatibilidad con su trabajo en la radio.

(La locutora empieza a mostrarse algo incómoda con esta pregunta)

Sí. Bueno, me mandaron un burofax  y me tuve que venir a Madrid, aunque era una emisora pública y se supone que hay convenios con autonómicas… Hombre, no iba a arriesgar. En esa época ya tenía bastantes años de antigüedad, tengo un hijo en el mundo y ese programa podía durar o no. Aunque llegué a plantearme quedarme allí.

 

¿Realmente era incompatile?

No, pero era una incompatibilidad, digamos, de carácter legal… Bueno, se empeñaron ¿sabes? Es lo que se hace en el mobbing. Puede ser por celos, puede ser por envidia… En ese sentido intentan buscar todos los resquicios para no dejarte hacer una cosa. Si encima el programa hubiera ido mal, pues no hubiera pasado nada, pero al tener tan buena acogida de audiencia, molestaba más.

 

Usted tuvo que solicitar permiso antes de aceptar la propuesta de Televisión Canaria.

Sí. Pedí permiso y me lo concedieron, pero luego dijeron que tenía que haber sido por escrito a través del Ministerio. Luego surgen cosas…  El jefe de personal fue el que me salvó porque, al mandarme un burofax, hubiese sido expulsión inmediata. Él me dijo que me fuera a Madrid y que no se me ocurriera salir ese día en antena, porque me echaban.

 

Se quedaría sorprendidísima…

Si. La verdad es que sí.

 

¿Decepcionada?

Hombre, es un palo porque, además, me encantaba el programa porque era muy normal. No era un programa de televisión frío. Era bastante parecido a lo que yo hacía en la radio. Lo único que no me gustó fue la imagen que me pusieron, porque me vestían como una señora y me obligaron a cortarme el pelo. ¡Mira cómo lo tengo ahora!

(Se da la vuelta y me muestra una larga cabellera morena que le llega hasta la cintura).

 

En su página web tiene un blog que usa casi como un diario, y en el que confiesa haber sufrido mobbing (acoso psicológico en el trabajo)…

Sí. Lo del programa de televisión fue mobbing, aunque en esa época no se llamaba así. Pero en medio de todo he tenido muchísima suerte, porque esta profesión es muy jodida.

 

¿Está sufriéndolo ahora en RNE?

No. Ahora mismo, no.

 

¿Le ha perjudicado sincerarse en su blog? En él dice cosas políticamente incorrectas, como que se arrepiente de haberse sacado las oposiciones para Radio Nacional…

Sí, lo puse pero, no, al contrario. De hecho ahora el director es amigo mío, canario, Santi González. Estuvimos juntos en la SER… Todavía no he ido a verlo porque estoy con mis viajes.

 

Tal vez no haga mucha gracia en RNE que diga, públicamente, que no sabe si hizo bien dejando la SER…

Cuando yo escribí eso estaba de director Pedro Piqueras, a la semana siguiente estaba Javier Arenas y ahora está Santi, así que ellos no lo toman como algo personal. Ni siquiera el jefe de personal lo toma mal.

 

Pero ni su blog ni su página web se actualizan desde noviembre del año pasado…

No. Primero, porque me están haciendo una página nueva y, segundo, porque, como ahora mismo no estoy en antena, prefiero no hacer nada. Sé que así se pierden oyentes, pero es un poco como desconectar.

 

Durante los últimos meses estaba con tres programas a la vez: ‘Cita con Pilar’, ‘La noche menos pensada’ y ‘Jóvenes.com’. Sin embargo, ahora no está en antena…

Sí, he hecho un parón.

 

¿Porque así lo ha decidido?

Porque yo lo he decidido, sí. También estaba en la Academia de las Ciencias y las Artes de la televisión,  pero he tenido que dejarla. He hecho un parón en todo para dedicarme a dar forma a todos los proyectos que tengo en mente. Porque ahora estoy en un momento de mi vida en el que, primero, ya puedo elegir y, segundo, hacer exactamente lo que quiera y disfrutar de mi hijo, que tiene 11 años.

 

¿Le influyó en esa decisión el accidente de tráfico sufrido en 2005?

¡Fíjate, has dado en el clavo! Mi hermano murió y eso marcó un impás, mi hijo nació, marcó también otro y el accidente del 2005 lo mismo. Porque te hace parar en seco y replantearte qué es lo que estás haciendo. A mí me gusta hacer cosas que ayuden a la gente. Suena cursi, pero es así.

 

¿Qué se le pasó por la cabeza los días posteriores al accidente?

Que se me había parado la historia. Me di cuenta de que en ese momento estaba atrapada, tenía demasiadas cosas y no hacía lo que yo quería.

 

¿A qué se refiere con que no hacía lo que quería?

Sí hacía lo que quería, pero ya me estaba versionando a mí misma. Era el mismo programa durante un montón de tiempo… Quería disfrutar de mi hijo, de llevarlo al cole, de llevarlo a judo… He dicho que no a programas de televisión. El morbo, la falta de respeto… a mí no me parece que eso lleve a ningún lado. Desgraciadamente vende lo que es más cruel o más sádico.

 

¿Qué planes tiene actualmente? ¿Va a escribir otro libro?

Terminé un libro sobre citas a ciegas, pero no me gusta mucho cómo está y no sé si lo modificaré.  Del mobbing pensé en escribir, pero me aconsejaron que no lo hiciera porque puede ser peligroso, y creo que tienen razón. Por otro lado, estoy dando conferencias sobre Internet, también he tenido propuestas para hacer teatro…

 

¿Ha hecho teatro alguna vez?

Si. Yo hice teatro con Juan Fernando López Aguilar, el que fue Ministro de Justicia.  O sea, que a mí lo del teatro y la farándula me encanta. Y, además, he pensado en hacer monólogos, porque cuento los chistes muy bien (risas).

 

¿La veremos en el Club de Flo?

Me encantaría.

 

¿Se decantará por la radio, por el teatro, por la televisión…?

Ah, no. Yo si puedo lo cojo todo luego, también. (Ríe). Ahora estoy cogiendo un descanso para replantearme mi vida. Quién soy, dónde estoy… Esas grandes preguntas. Necesito, como las serpientes, un cambio de piel.